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Vol 2. • Act XXVIII -28- •「Overgrowth Level」







ACTO XXVIII: ALMAS DIVIDIDAS
<Acto número 28, volumen número 2>

La gente aún con la sensación de pánico se apartaban bruscamente del joven aprendiz y su acompañante sin ningún tipo de delicadeza, diciendo cosas como "ahí va el héroe maldito" o "¿es el que causó la pelea en el cuartel? ....es despreciable". Yun lo ignoró, su misión no era empatizar con los ciudadanos si no conseguir aliados en las altas esferas para poder entrar y salir de los reinos humanos con facilidad. Si ahora mismo pidiera información sobre el códice o incluso una audiencia con el Rey, podría arriesgarse a ser descubierto.

Gaemi, por su parte, podía comunicarse con él mediante sus pensamientos gracias a la fina conexión que tenían entre ambos. De hecho, en la mazmorra ella fue quien le daba ánimos con dulces palabras llamándolo "mi campeón".

― "¿Ara? ¿A dónde vamos?"

Yun pidió algunas indicaciones por el camino y llegaron a varias posadas, todas ellas se negaban a acoger al [Héroe maldito] y lo expulsaba con la mayor de las frialdades y, a su vez, con el mayor de los pánicos. La semi diosa, notablemente enfada, sugirió que entraran por la fuerza a un establecimiento de alta clase, pero Yun ignoró esto completamente.

Casi era ya media tarde, acercándose peligrosamente a la noche y seguían dando vueltas por todo el distrito Sur sin encontrar un lugar donde quedarse. Derrotado, Yun se sentó en el suelo apoyado en un edificio que parecía abandonado, quizás un antiguo gremio que cambió de sede y ahora mismo se encontraba desértico.

― "Así que nadie acepta nuestro dinero, ¿huh? Al final todos los humanos son iguales. Despreciables. En un pasado seguí la idea de defenderlos, ¡pero ahora no me opondría a destrozarlos con todo el poder que tenía antes de bajar a este cuerpo mortal...!"

― ' ' ' Dejémoslo por ahora. Estoy cansado y un poco hambriento, así que mañana intentaremos solucionar esto. ¿Tienes donde dormir? ' ' '

― "¿Vas a dormir aquí? ¡¿A la intemperie?! Qué bajo has caído..."

Gaemi le miró con cierto tono de desprecio en sus ojos y suspiró. Ella chasqueó los dedos y de pronto, su figura se fue deshaciendo hasta dejar de existir.

― "Puedo ocultarme en un pequeño fragmento del reino Onírico. A pesar de que solo es por unas horas y consume toda mi fuerza espiritual, aquí no puedo recibir daño. Así que no te preocupes por mí."

Esa fue la última vez durante aquél día en que Gaemi habló con el joven aprendiz de Héroe. Mientras los transeúntes iban pasando de un lado a otro dejando sus trabajos por el día de hoy y corriendo a sus hogares, la noche empezó a caer en picado. La temperatura empezó a caer de una forma excesiva, pero la resistencia física de Yun era bastante fuerte así que no notó apenas los cambios térmicos.

Sus ojos se cerraron. Aquél día había sido una porquería y solo quería ahogarse en sus más profundos sueños y recordar la figura de aquella persona que ahora le consideraba muerto. A pesar de que no pudiera invocar con ese título a [Cerbero] o [Klar], tenía seguro que nadie sería tan idiota como para molestarle. Después de la conmoción de aquél día, nadie quería siquiera dirigirle la palabra.

― "[Héroe maldito] ¿huh? Parece que mi reputación no va a mejorar jamás."

Algunas horas habían pasado y la temperatura había caído hasta cerca de los -3 Cº. Las pocas personas que caminaban a esas horas eran señoritas de compañía que buscaban clientes para obtener un alimento esa noche o gente desamparada. La mayoría de todos estos eran seres de raza démica.

Unas pequeñas manos tocaron la armadura de Yun. Con unos golpecitos, una voz muy débil y suave empezaba a hablarle.

Cuando la consciencia de Yun retornó del mundo de los sueños, encontró a un pequeño niño de no más de 6 años dándole golpecitos muy ligeros en la pechera, como verificando si se encontraba bien.

El niño parecía ser algo como un Nekomante, pero sus orejas estaban algo rasgadas y más largas. La cola era más gruesa y manchada entre amarillo y negro. Su cabello negro se mezclaba con sus ojos color miel: Definitivamente era algo parecido a un pequeño guepardo.

― ¿Se encuentra bien....?

La armadura del joven aprendiz chirrió ligeramente mientras bajaba su mirada hacia el niño que tenía una camisa de tirantes rasgada y un pantalón de lino sucio y roto. Sus pies iban descalzos y estaban mugrientos. Yun asintió ligeramente mientras observaba la curiosa escena.

El niño sonrió despreocupadamente y se sentó rápidamente a su lado.

― Yo me llamo Rin, ¿cómo se llama usted señor?

Yun sacó despacio para no asustar al curioso chico una libreta y empezó a escribir. Cuando se lo enseñó al niño, éste puso una mueca como no entendiendo lo que había allí.

Entonces recordó. El lenguaje universal no funcionaba si el usuario no podía conectar las palabras con alguna que él conociera, ese niño no sabía leer y jamás había aprendido, por lo que el lenguaje universal no funcionaba en él. Yun suspiró y se puso una mano en el cuello acariciándolo. El niño rápidamente lo entendió.

― ¿No sabe hablar?

Yun afirmó cuando dijo esto pero siguió acariciándose el cuello.

― ¿Será que..... no....... no puede?

Dio un golpe con la cabeza de forma lenta asintiendo a eso último mientras recogía la mano y la devolvía a su posición original: cruzándose de brazos.

― Ya veo... Perdone que le haya despertado... Las noches son frías, todos los que vivimos en las calles nos conocemos pero jamás le había visto a usted señor.

Yun dedujo que para ser alguien que vivía en las calles hablaba de una forma muy limpia y fluida, lo único que se le pasó por la cabeza es que el chico quedara huérfano por algún motivo ya que se notaba que tuvo por lo menos una educación mínima o estuvo cerca de alguien que la utilizaba de forma políticamente correcta.

El chico rápidamente se acurrucó en la armadura y se quedó quieto. Al joven aprendiz le asaltó la duda si es que todos los niños eran así de ingenuos haciéndose amigos de desconocidos con tanta rapidez, ¿quizás los secuestros no eran tan comunes? Al fin y al cabo, la raza démica es despreciada, ¿será que solo usan a los esclavos femeninos? también había visto muchas así que lo único que podía sacar es que no había mucho esclavismo démico.

― Perdone que le pregunte pero.... ¿tiene...... algo de comer......?

A pesar de que el hechizo de [Énfasis] no le permitía tener sentimientos extremos y selló la mayoría de sus emociones, aquella frase por algún motivo tocó parte de su corazón. Él también tenía un poco de hambre, la última comida que había tenido fue esta mañana cuando cazó aquella presa.

Aún habían algunos establecimientos abiertos, mayormente zonas para "favores adultos" y algunos gremios de dudoso prestigio así que se levantó poco a poco y miró al joven Rin indicándole con un gesto que le siguiera. No le parecía digno entrar a un local donde posiblemente la mayoría de personajes fueran asesinos o secuestradores, así que decidió comprar algún tipo de alimento en un burdel donde estaba seguro que le venderían algo a excepción de otra tienda que vendiera ese tipo de suministros.

A unos pocos metros más allá del edificio abandonado, pasando los innumerables edificios en ruinas y algunos que aún seguían en activo, la roca del terreno se agrietaba ligeramente por el desgaste que había sufrido durante el tiempo. Se podía ver un edificio decorado con un cartel de madera colgando y un símbolo de dos labios, así que sin dudarlo mucho caminó hasta la entrada y se detuvo.

Señaló al niño y después señaló el suelo. Quería que se quedara allí y el chico diligentemente obedeció sentándose unos metros más allá de la puerta principal.

Yun caminó de forma lenta y calmada por la puerta mientras una hermosa chica en la entrada le decía palabras obscenas, posiblemente intentando atrapar su atención en las gastadas curvas de la mujer de avanzada edad. Yun, a pesar de todo, es un hombre, pero en aquél momento mantuvo la compostura y entró intentando ignorar todo lo demás.

El interior estaba más bullicioso: varios asientos de un tipo de textil acolchado rojo, mesas con un mantel de franela y copas de alcohol encima. Muchas chicas riendo y bailando, también muchos hombres con miradas lascivas e ideas perversas en su mente.

6 mesas rodeadas de 4 sillas cada mesa. Un pasillo con una alfombra roja que llevaba a un pequeño escenario con algunas barras metálicas donde las chicas bailaban y, a la parte derecha, una barra de madera con taburetes. En ese aspecto, parecía un burdel propiamente de su mundo.

Se acercó a la barra mientras la gente poco a poco miraba al joven que llamaba la atención por su armadura de cuerpo completo. Se sentó en un taburete y miró al hombre grasiento que estaba en la barra.

Sin pelo, con un bigote mal repasado y una cara de pocos amigos, el hombre se apoyó en la barra de madera y con un aliento fétido habló.

― ¿El [Héroe maldito] huh? ¿Qué puede querer alguien como usted en un lugar como este?

Con diligente velocidad, Yun respondía en su cuaderno.

― ' ' ' Comprar algunos víveres. Las otras tiendas están cerradas. ' ' '

― No vendemos víveres a gente como usted. Por favor salga por la puerta.

Yun, harto de la situación, se cansó de aquél trato y escribió con una nota.

― ' ' ' Me empieza a cansar la situación. Vengo a comprar como un cliente, ¿de verdad queréis probarme? ' ' '

El hombre de amplia tripa tragó un poco de saliva, pero la idea de que "el Héroe es un hombre que defiende la verdad y la justicia" estaba ligada en la mente de todos. ¿Cómo iba él a agredir a un ciudadano? La idea era absurda.

Se acercó a pocos centímetros del casco y le escupió unas palabras con desprecio.

― Lárguese.

Ese fue el detonante.

• • •

Un *POOOOOOOOOOOOOOM* sonó por todo el lugar. La barra quedó hecha añicos y el aura de presión que creaba Yun había aplastado la mayoría de bienes materiales, pero siendo más concretos, el aura estaba tomando como objetivo al hombre de amplia barriga que ahora sangraba por la nariz con un montón de astillas clavadas en su rostro tumbado en el suelo boca abajo.

El anterior digno hombre ahora era una masa llorica que pedía perdón de mil maneras posibles. Todos los hombres que estaba gozando de la presencia femenina ahora estaban paralizados y las chicas gritaban a todo pulmón.

Yun pateó con fuerza el estómago del hombre y lo mandó a volar hacia la pared donde un montón de licores y alcoholes de todo tipo estaban colocados rompiéndolos en el proceso. Se acercó de nuevo a él y un rostro de auténtico horror se dibujó en la cara ensangrentada del hombre gordo.

― ¡¡L-LO SIENTO!! ¡¡¡POR FAVOR, PERDÓNEME LA VIDA!!!

Yun levantó el puño y lo dejó caer en el suelo creando un señor agujero. Sacó la libreta y con una letra notablemente molesta dejó un escrito.

― "Víveres. También quiero mantas, todas las que tengas disponibles y algo de agua."

Con un "¡¡hiiiii!!" el hombre obeso corrió hacia una pequeña compuerta en el suelo y bajó a toda prisa. Cuando Yun giró su cabeza hacia los demás, todos nerviosos fingieron que no habían visto nada y los anteriores gritos de las chicas se callaron para seguir bailando de forma nerviosa al compás de la ahora incómoda música.

A los pocos segundos, el hombre volvió con un saco de cuero marrón bastante grande. Le pasó temblando el saco a Yun y con una voz rasgada y un rostro cubierto de lágrimas mezcladas con sangre habló.

― ¡¡N-no necesita pagarlo!! ¡Solo perdóneme! ¡¡Se lo suplico!!

Yun alzó la vista y miró su alrededor. Barra, sillas, mesas, víveres... ¿Más o menos a cuánto ascendería? No tenía suficiente dinero encima, al fin y al cabo, no había usado mucho el dinero de ese mundo así que miró en su inventario y sacó un  [Núcleo superior] que obtuvo de la mazmorra Giwa.

Se lo puso en la mano al hombre que aún suplicaba y escribió algo más antes de abandonar el local.

La nota decía "No soy un ladrón. Venda este objeto de rareza alta, con el dinero que le den podrá pagar los desperfectos y los víveres". Yun esperaba que eso fuera suficiente, lo que nunca imaginó fue que ese [Núcleo superior] podía fácilmente pagar dos edificios completos. Todos miraron al hombre que entró ganándose su desprecio y salió ganándose su miedo. Muchos al salir miraron por la ventana y vieron al pequeño chico esperando fuera.

El joven estaba aún ahí, abrazándose a sí mismo con el frío. Los seres démicos tenían cierta resistencia a las temperaturas extremas, pero había que entenderlo, a duras penas era un niño de poco más de 6 años. Aun siendo significativamente más longevos que los humanos, su juventud se desarrolla de la misma forma y velocidad que los humanos.

― ¿Ya hizo lo que tenía que hacer?

Yun asintió mientras cargaba la pesada bolsa marrón y le indicaba al chico que le siguiera. Su idea sería quedarse dentro del edificio abandonado hasta que el día llegara, por lo menos tendrían un techo donde descansar.

Llegaron al edificio donde él estaba originalmente, con un pequeño empujón abrió la polvorienta puerta y entró.

Creó una [Hoguera básica de supervivencia] con su habilidad de supervivencia la cuál aumentó 25 puntos más y colocó las mantas en el suelo, a una distancia prudencial. Sacó del morral de cuero una pequeña cantimplora de cuero llena de [Agua dulce] y dos trozos de [Pan] con algo de [Queso de bibúfalo] tendiéndoselos al joven. Añadió dos monedas de plata al conjunto y dejó la bolsa de cuero a unos metros mientras entregaba esto al chico.

― ¿E.... es para mí?

Asintió y lo dejó en el suelo. Las mantas por lo menos evitarían que el astillado y enmohecido suelo les perturbara la noche de sueño mientras que la hoguera les daría calor. Cuando el chico se llenó el estómago y se tumbó para dormir, unas palabras suaves cayeron en el silencio.

― Es muy amable conmigo, se lo agradezco....

A la hora de haberse dormido, el joven dejó el morral de cuero al lado del chico y salió cerrando un poco la puerta. La hoguera era baja, así que no había riesgo de que se incendiara la casa y con la poca luz que producía al ser una [Hoguera básica de supervivencia] (evitando que los monstruos pudieran detectar la luz).

La noche silenciosa había caído y las dos lunas en el cielo acariciaban las calles con una ternura impropia de aquel cruel mundo. Sus pasos resonaban a medida que se quedaba de nuevo en la entrada, en el muro donde inicialmente estaba y cerraba los ojos para volver al mundo de los sueños.

No era cuestión de ser una buena o mala persona. La inocencia de los niños era algo que se debía proteger, porque su suerte había sido mayor, pero no quería imaginarse cuántos niños estarían muriendo de hambre por falta de comida o en manos de depravados.

Al final, no es ser bueno o malo, es ser humano.


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Vol 2. • Act XXVIII -28- •「Overgrowth Level」 Vol 2. • Act XXVIII -28- •「Overgrowth Level」 Reviewed by Irizu-san on 23:09 Rating: 5

1 comentario

  1. No te comento en el resto porque acabo de leerlo todo de sopetón, me gusta esto de un cap al día, es tan hermoso... Arigato como siempre Kami-sama~. Sigue así
    Pd:los bocetos están muy muy bien, me gusta el rumbo que va tomando todo

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