Vol 2. • Act XXXII -32- •「Overgrowth Level」
ACTO XXXII: LA VIRTUD DEL SILENCIO
<Acto número 32, volumen número 2>
Respiraba con calma, pero necesitando algo de aire. Yun no moriría por algo así, a pesar de que en su [Tarjeta de estado] sus puntos de vida estuvieran casi al mínimo. [Vínculo vital] parece reemplazar las barras de vida entre objetivos usando un valor porcentual, indicando que el daño aumentaba mientras más vida tuviera el objetivo a recibir el vínculo.
"Estoy cansado" sentenció Yun. Su parte había sido cumplida, así que regresaría con las noticias de que su misión había salido exitosa. Por su parte, parecía que la recepcionista se había recuperado de los efectos secundarios del vínculo y ahora ayudaba a levantarse al joven aprendiz.
Con los guantes aún llenos de sangre de sus víctimas, cogió la libreta amarilla que se tiñó de aquél obsceno color cuando sus dedos pasaron por encima, dejando una horrorífica marca goteante que se escurrió por la tapa. Buscando la [Pluma] por su inventario, empezó a escribir.
― ' ' ' No creo levantarme en unos minutos. Me quedaré aquí mientras llama a los refuerzos. ' ' '
Por su parte, Moku estaba confundida por todo lo sucedido. Estaba al borde de la muerte, su consciencia ya había abandonado el reino de los mortales para reunirse con las almas del más allá, en cambio, algo la sacó de ese reino y la devolvió a su estado anterior. Ahora, pensándolo en frío, una ola de dudas asaltaba su corazón: ¿realmente ese hombre de latón que todos trataban de libidinoso, cruel y desgraciado era tal como lo describían?
Su mente divagó en los sucesos. No lo había visto hablar con desprecio a nadie o, por lo menos, no hacia su persona. Sí, cometió actos imperdonables y era algo que no podía excusarse, pero por el momento decidió dejarlo a un lado. Notaba calor después de sujetar el brazo del joven que ahora hacía un pequeño esfuerzo por levantarse. Su casco miraba fijamente hacia las jaulas donde todos permanecían desmayados todavía por el impulso de la [Presión].
― A-avisaré a la gente del Cuartel para informar de lo sucedido aquí. Lamentablemente, no puedo dar testimonios falsos y hablaré de la brutalidad que se ocasionó.
El casco se movió asintiendo como si no le importara. Miró hacia los cadáveres y su voz volvió a pronunciarse.
― Hay gente que no valora su vida. Le hago una pregunta, recepcionista-san, ¿cree que esa gente sería rehabilitada después de un tiempo en unos calabozos?
La voz de Yun sorprendió de sobremanera a la joven Moku que dudó con un "hmmmmm..." mientras colocaba el dedo índice en su labio inferior.
― C-creo que es posible.
― Escúcheme atentamente, ya que mi voz no debe ser oída durante mucho más tiempo: un perro sarnoso siempre será un perro por mucha sarna que deje de tener. - Yun señaló con un sonido de metal entrechocando por su armadura a un cadáver, precisamente el que tenía las tripas fuera y un rostro pálido por la falta de sangre.
― Ese hombre que ve ahí, seguramente haya cometido atrocidades como robos, asesinatos, violaciones, extorsión y mucho más. Es encomiable su voluntad por cambiar a esta... gente. Pero no cambiarán. Aquellos que no pueden someterse al poder, únicamente deben abandonar su vida con resignación y feliz de cederla como un escalafón para un objetivo más grande.
Yun mismo se sorprendió por los tecnicismos de sus palabrerías y la claridad de sus palabras. Su intelecto claramente había dado un factor positivo a que sus conversaciones fueran más fluidas, a pesar de que no las usara con tanto énfasis.
Moku, notoriamente nerviosa torció los labios con un rostro bastante adorable. Sus orejas poco a poco cayeron hasta que quedaron ligeramente aplastadas en si cabello mientras que la cola empezó a descender.
Yun suspiró poniendo una mano encima de la cabeza de la recepcionista dándole unas caricias tranquilas.
― Hay gente que puede cambiar. Esa actitud suya es la que algún día cambiará este podrido mundo.
Yun se tocó la garganta.
― Debo pedirle que olvide lo sucedido aquí. Puede reportar la masacre que he organizado y no negaré mi voluntad. No me arrepiento y volvería a hacerlo. De lo que necesito que se olvide es de que me ha oído hablar hoy aquí.
Las caricias de Yun iban de izquierda a derecha revolviendo ligeramente el pelo de la chica démica que movía ligeramente la cabeza al compás de la mano. Sin saberlo, las orejas ahora habían vuelto a su posición original y la cola se movía con velocidad.
― ¿P-por qué-?
Dejó de acariciarla y enseñó la libreta donde escribió algo.
― ' ' ' No quiero más víctimas de mi [Maldición]. ' ' '
Un frío brotó de la piel de la joven chica cuando dejó de recibir el contacto metálico de la armadura en su cabeza.
― Bien, entonces iré a informar para que vengan a recoger en una operación de rescate a los esclavos. Por favor espere aquí.
Yun asintió y aún de pie, miraba fijamente los cadáveres esparcidos por todo el campo de batalla con un sentimiento dulce en su alma. Por su parte, Moku salió a escape tan rápido como pudo a pedir un equipo de rescate.
• • •
Una cama cálida, un baño privado y unos cuantos muebles decorativos para almacenar sus pertenencias. Yun miró satisfecho su nueva situación mientras notaba como el peso del morral de cuero había aumentado al recibir 3 Monedas de Oro como recompensa por la subyugación de los bandidos. Cuando el equipo de rescate llegó unas horas atrás a ver el lugar del accidente, muchos no pudieron evitar vomitar y un montón de arcadas venían seguidas por parte de muchos de los miembros.
La palabra con la que describieron el escenario fue "el infierno en la tierra". Los propios esclavos rescatados necesitaron brebajes para calmar los nervios al despertarse y ver semejante escena.
Cuando Yun se había reunido con el joven Kale su conversación fue realmente corta. El joven hombre parecía muy satisfecho con el resultado y, en parte, su rostro expresaba una felicidad enfermiza. La recompensa fue dada casi instantáneamente por el mismo Kale mientras que dos guardias que esperaban en la entrada escuchaban la charla con muy poca profesionalidad.
Kale hablaba alto intencionadamente para que los guardias le oyeran con un "¡¿de verdad?! así que le perforaste los ojos, nosotros no trabajamos así aunque seguramente no tuviste opción". El [Héroe maldito] cada vez se iba deformando en cosas más oscuras mientras más rumores sobre su persona se iban creando. Al final, muchos dudaban si era mejor rendir tributo al [Rey demonio] o al [Héroe maldito].
La diferencia entre antes y después: nadie se atrevía a mirarle fijamente ni a despreciarle, excepto unos pocos que creían que todo era una exageración y que toda aquella masacre había sido producto de algún [Artículo Mecanomágico Desechable] de rareza muy alta. Por alguna razón, la gente comparó un [Héroe] con alguien con mucha riqueza. Lamentablemente el joven Yun era de todo menos alguien rico.
Más o menos al quinto ciclo diurno, Yun se tumbó en la cama con una sensación de satisfacción plena. Su regeneración no iba a una velocidad asombrosa, pero a la suficiente como para poder ir curándose a sí mismo mientras pasaba el tiempo. Su pesada armadura cayó como el plomo en el lecho de alta calidad a unas pocas habitaciones donde estaba la de la recepcionista. Era una comparativa extraña ver el pequeño receptáculo donde dormía Moku con la estándar habitación donde actualmente se alojaba el joven aprendiz de héroe.
Tan rápido como hizo el ademán de cerrar los ojos, escuchó una voz muy familiar y, a su vez, molesta.
― ¿Ara? ¿Ya es de día-?
La diosa de los pervertidos había despertado de su 'pequeño' sueño que había durado varias horas. Con una voz pastosa no se molestó en ocultar su descontento y dijo con un hilo de voz.
― Idiota, ya es de tarde. Pasaste muchas horas en ese lugar donde descansabas.
La digna Gaemi observó a su alrededor y con un aire de desaprobación gritó.
― ¿Esto es todo lo que has podido conseguir? ¡¿Cómo esperas que me conforme con esto?! Bueno, por lo menos tiene un lugar donde puedes quitarte todo ese hedor a sangre que llevas impreso.
Un suspiro cansado salió de los labios del joven. No estaba con ánimos de discutir ahora y tampoco tenía planeado hacerlo después, con un "sí sí" le dio la razón y empezó a cerrar los ojos. Sería un sueño rápido, lo suficiente para reponer fuerzas.
― Haaaa... Supongo que te dejaré descansar por unos minutos. Algo me dice que has madurado un poco más en mi ausencia, fumu. - Una sonrisa cómplice acompañó una frase que el joven jamás llegó a escuchar.
• • •
Los rumores acerca del hombre de latón siguen creciendo, en un principio no me molestaba y los ignoraba pero recientemente he estado prestando atención a las palabras que circulan. Es un "enemigo del pueblo", un "héroe maldito" y un "asesino despiadado". Parece que la gente está generando un mal ambiente a su alrededor, a pesar de esto nadie se atreve a decirlo directamente.
Les comprendo en parte, es el único que ha golpeado libremente a otros guardias sin recibir ningún tipo de penalización.... Bueno, aunque esté maldito, sigue siendo un [Héroe] ¿no? Veo imposible que un héroe golpee por placer a otro guardia a pesar de que he visto con mis propios ojos como golpeaba a uno de los caballeros que nos acompañaba haciéndole... Pffffff.... Comer tierra... Hahaha.... Ciertamente, si no fuera por la tensión del momento, quedaría hasta cómico...
Decido visitar a Emi antes de asearme. Llego a su puerta y golpe con sutileza el marco de madera con el fin de recibir respuesta, un ligero "pasa" me da vía libre a entrar.
Ahí está, mirando algunos papeles sentada en su pequeña cama mal hecha.... ¡Emi! ¡¿Cuántas veces te he dicho que las camas tienen que dejarse ordenadas?! Haaa... No cambiará nunca, a pesar de que se haga la dura cuando un hombre la invita a salir, sigue siendo igual de terca y despistada.
Sus ojos repasan mi gastada figura y con una sonrisa le digo "un día en la oficina", parece que ha entendido la broma, se ríe ligeramente. Me siento en el borde de la cama observando los papeles que tiene en la mano, son.... Sí, parece que es otra carta de confesión. A veces envidio su popularidad, no lleva aquí 7 días* y tiene semejante cantidad de gente que desea invitarla a salir.
A pesar de que digo que es una carta de confesión, es distinta a las demás. Si me fijo bien, parece que el texto está escrito de una forma muy desgastada y la tinta está un poco borrosa, parece que se escribió con prisa.
Emi me devuelve la mirada y con un "¿por qué sigues mirando el correo privado?", me encojo de hombros y saco la lengua ligeramente. Has sido tú la que no lo ha escondido cuando lo estabas leyendo.
Se levanta con el papel en mano y lo tira sin delicadeza en un cajón. Mis ojos se quedan perplejos al ver lo que en el cajón de aquella mesita de noche había: la misma carta un montón de veces, escrita con el mismo desaliño que las demás...... ¿Debería preguntar?
Algo en el ambiente me dice que lo mejor será no hablar del tema, por lo menos de momento.
Emi recompone su figura y sonríe como siempre mientras mira mi aspecto extrañamente lleno de cortes en la ropa, tierra y algo de sangre seca. Le informaron de mi estado al llegar así que no se preocupa por preguntar sobre mi estado actual.
― Bueno, ¿a qué se debe la visita hoy?
Es verdad, he venido por algo concreto.
― Quería preguntarte algo. Algo personal.
Emi entorna la mirada y se toca el puente de la nariz, como si hubiera adivinado mis intenciones. Espera, ¡¿cómo es eso posible?! ¡aún no he dicho nada!
― Bueno, te lo diré de forma clara. A los hombres no les importan los pechos pequeños, no te preocupes por eso.
Saca el dedo pulgar en aprobación. Mi cara de confusión dura unos segundos, miro mi pecho y lo comparo rápidamente con el suyo. Noto mi cara caliente y le grito "¡idiota!" mientras me tapo.
.....A veces Emi tiene un carácter horrible. Las risas estallan de golpe, se disculpa diciendo que es una broma.
― No venía por eso... Verás, es algo personal.
― Hum, si puedo respondértelo lo haré.
Me muerdo el labio, ¿debería hacerlo?
― ¿Por qué te cae tan mal?
Lo dije. Su rostro está confundido, lo comprendo, no he hablado mucho por miedo de que mis palabras se deformaran en algo que no quería decir. Intento completar la frase.
― Al idiota de armadura plateada.
Emi cae en la cuenta de quién hablo. Exhala una bocanada de aire y me pone una mano en el hombro. Aquella mano que me tranquilizaba en ocasiones ahora mismo no me transmite esa sensación. Desde que noté la fría armadura del caballero de latón, siento que todo es difícil de entender.
― Sé que lo preguntas con buena intención, pero es algo que no deberías hacer.
― Emi, por favor.
Mis ojos llenos de súplicas penetran su coraza y al final acaba cediendo. Es normal, ¡nadie puede con mis ojos de súplica! Fufufufu, podría llamarla mi habilidad especial.
― No le odio exactamente. Simplemente me niego a pensar que 'eso' es un Héroe.
― Todos hemos visto su [Tarj-]...
― No lo digo por eso. Cuando nosotros necesitamos a ese [Héroe] hace unos días, él no estaba allí. ¿Qué tipo de héroe dejaría una situación así sin tratar? A mis ojos, solo es un impostor jugando a ponerse un disfraz que no le pega.
Un disfraz que no le pega, ¿huh? Esa frase se clavó en mi mente. Hoy mismo había visto a ese [Héroe] decapitar gente como si disfrutara de ello, y también le vi preocupándose por mí. No tengo forma de confirmar mis palabras, pero estoy segura de que el milagro que hoy recibí no fue obra de ningún dios... Estoy pensándolo demasiado, supongo.
Emi chasquea los dedos y me zarandea ligeramente, parece que me volví a perder entre pensamientos mientras hablábamos. Una expresión burlona aparece de repente en su cara y se cruza de brazos.
― Ya sé lo que está pasando. No has venido a hablar de ese idiota...
Me perdí en sus palabras, realmente sí he venido a hablar de esta situación. Antes de hablar, su voz se acelera y con un pequeño chillido grita algo.
― ¡¿Has encontrado al chico ideal?!
Espera, ¡¿QUÉ?! ¡NONONONO! ¡¿A qué se debe esa suposición tan idiota?! Me veo negando mil veces con las manos y moviendo exageradamente la cabeza. ¡¡S-solo vine a preguntar eso!! Me sorprendo a mí misma notando calor y vergüenza, por los dioses ¿en qué estaba pensando antes de llegar aquí?
― ¡Tendrás que contár-!
Suena la puerta, parece ser el hombre que trae las cartas. Su expresión se vuelve fría de golpe y me mira con disculpas.
― Arrr.... Moku-chan, me tendrás que disculpar pero tengo asuntos que tratar. ¿Hablaremos de esto en otra ocasión?
No comprendo su cambio de actitud pero asiento mientras el enrojecimiento de mi rostro va difuminándose con lentitud. Emi me acompaña a la puerta y con una caricia en el pelo me alborota el pelo, ¡oye sabes que odio que me hagas eso, mouuu!
Mientras camino hacia mi habitación, me giro disimuladamente para ver como el hombre que llevaba las cartas le entrega un montón de ellas. La gran mayoría, con el mismo envoltorio beige que tenían las cartas de aquél.... admirador.
........¿Será que Emi tiene un acosador y cada vez va a más...?
Ese pensamiento me acompañó durante el resto del día preocupándome de sobremanera. Cuando lavaba mi cuerpo en la pequeña bañera de uso público del Cuartel, una imagen venía a mi cabeza. Me acaricio la mejilla.... ¿Una cicatriz huh.....? .....Lo recordaré.
Por el momento, necesito hablar con alguien sobre este acosador... Creo que sé a quién acudir. Siento esto Emi, pero es por tu propio bien.
"Estoy cansado" sentenció Yun. Su parte había sido cumplida, así que regresaría con las noticias de que su misión había salido exitosa. Por su parte, parecía que la recepcionista se había recuperado de los efectos secundarios del vínculo y ahora ayudaba a levantarse al joven aprendiz.
Con los guantes aún llenos de sangre de sus víctimas, cogió la libreta amarilla que se tiñó de aquél obsceno color cuando sus dedos pasaron por encima, dejando una horrorífica marca goteante que se escurrió por la tapa. Buscando la [Pluma] por su inventario, empezó a escribir.
― ' ' ' No creo levantarme en unos minutos. Me quedaré aquí mientras llama a los refuerzos. ' ' '
Por su parte, Moku estaba confundida por todo lo sucedido. Estaba al borde de la muerte, su consciencia ya había abandonado el reino de los mortales para reunirse con las almas del más allá, en cambio, algo la sacó de ese reino y la devolvió a su estado anterior. Ahora, pensándolo en frío, una ola de dudas asaltaba su corazón: ¿realmente ese hombre de latón que todos trataban de libidinoso, cruel y desgraciado era tal como lo describían?
Su mente divagó en los sucesos. No lo había visto hablar con desprecio a nadie o, por lo menos, no hacia su persona. Sí, cometió actos imperdonables y era algo que no podía excusarse, pero por el momento decidió dejarlo a un lado. Notaba calor después de sujetar el brazo del joven que ahora hacía un pequeño esfuerzo por levantarse. Su casco miraba fijamente hacia las jaulas donde todos permanecían desmayados todavía por el impulso de la [Presión].
― A-avisaré a la gente del Cuartel para informar de lo sucedido aquí. Lamentablemente, no puedo dar testimonios falsos y hablaré de la brutalidad que se ocasionó.
El casco se movió asintiendo como si no le importara. Miró hacia los cadáveres y su voz volvió a pronunciarse.
― Hay gente que no valora su vida. Le hago una pregunta, recepcionista-san, ¿cree que esa gente sería rehabilitada después de un tiempo en unos calabozos?
La voz de Yun sorprendió de sobremanera a la joven Moku que dudó con un "hmmmmm..." mientras colocaba el dedo índice en su labio inferior.
― C-creo que es posible.
― Escúcheme atentamente, ya que mi voz no debe ser oída durante mucho más tiempo: un perro sarnoso siempre será un perro por mucha sarna que deje de tener. - Yun señaló con un sonido de metal entrechocando por su armadura a un cadáver, precisamente el que tenía las tripas fuera y un rostro pálido por la falta de sangre.
― Ese hombre que ve ahí, seguramente haya cometido atrocidades como robos, asesinatos, violaciones, extorsión y mucho más. Es encomiable su voluntad por cambiar a esta... gente. Pero no cambiarán. Aquellos que no pueden someterse al poder, únicamente deben abandonar su vida con resignación y feliz de cederla como un escalafón para un objetivo más grande.
Yun mismo se sorprendió por los tecnicismos de sus palabrerías y la claridad de sus palabras. Su intelecto claramente había dado un factor positivo a que sus conversaciones fueran más fluidas, a pesar de que no las usara con tanto énfasis.
Moku, notoriamente nerviosa torció los labios con un rostro bastante adorable. Sus orejas poco a poco cayeron hasta que quedaron ligeramente aplastadas en si cabello mientras que la cola empezó a descender.
Yun suspiró poniendo una mano encima de la cabeza de la recepcionista dándole unas caricias tranquilas.
― Hay gente que puede cambiar. Esa actitud suya es la que algún día cambiará este podrido mundo.
Yun se tocó la garganta.
― Debo pedirle que olvide lo sucedido aquí. Puede reportar la masacre que he organizado y no negaré mi voluntad. No me arrepiento y volvería a hacerlo. De lo que necesito que se olvide es de que me ha oído hablar hoy aquí.
Las caricias de Yun iban de izquierda a derecha revolviendo ligeramente el pelo de la chica démica que movía ligeramente la cabeza al compás de la mano. Sin saberlo, las orejas ahora habían vuelto a su posición original y la cola se movía con velocidad.
― ¿P-por qué-?
Dejó de acariciarla y enseñó la libreta donde escribió algo.
― ' ' ' No quiero más víctimas de mi [Maldición]. ' ' '
Un frío brotó de la piel de la joven chica cuando dejó de recibir el contacto metálico de la armadura en su cabeza.
― Bien, entonces iré a informar para que vengan a recoger en una operación de rescate a los esclavos. Por favor espere aquí.
Yun asintió y aún de pie, miraba fijamente los cadáveres esparcidos por todo el campo de batalla con un sentimiento dulce en su alma. Por su parte, Moku salió a escape tan rápido como pudo a pedir un equipo de rescate.
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Una cama cálida, un baño privado y unos cuantos muebles decorativos para almacenar sus pertenencias. Yun miró satisfecho su nueva situación mientras notaba como el peso del morral de cuero había aumentado al recibir 3 Monedas de Oro como recompensa por la subyugación de los bandidos. Cuando el equipo de rescate llegó unas horas atrás a ver el lugar del accidente, muchos no pudieron evitar vomitar y un montón de arcadas venían seguidas por parte de muchos de los miembros.
La palabra con la que describieron el escenario fue "el infierno en la tierra". Los propios esclavos rescatados necesitaron brebajes para calmar los nervios al despertarse y ver semejante escena.
Cuando Yun se había reunido con el joven Kale su conversación fue realmente corta. El joven hombre parecía muy satisfecho con el resultado y, en parte, su rostro expresaba una felicidad enfermiza. La recompensa fue dada casi instantáneamente por el mismo Kale mientras que dos guardias que esperaban en la entrada escuchaban la charla con muy poca profesionalidad.
Kale hablaba alto intencionadamente para que los guardias le oyeran con un "¡¿de verdad?! así que le perforaste los ojos, nosotros no trabajamos así aunque seguramente no tuviste opción". El [Héroe maldito] cada vez se iba deformando en cosas más oscuras mientras más rumores sobre su persona se iban creando. Al final, muchos dudaban si era mejor rendir tributo al [Rey demonio] o al [Héroe maldito].
La diferencia entre antes y después: nadie se atrevía a mirarle fijamente ni a despreciarle, excepto unos pocos que creían que todo era una exageración y que toda aquella masacre había sido producto de algún [Artículo Mecanomágico Desechable] de rareza muy alta. Por alguna razón, la gente comparó un [Héroe] con alguien con mucha riqueza. Lamentablemente el joven Yun era de todo menos alguien rico.
Más o menos al quinto ciclo diurno, Yun se tumbó en la cama con una sensación de satisfacción plena. Su regeneración no iba a una velocidad asombrosa, pero a la suficiente como para poder ir curándose a sí mismo mientras pasaba el tiempo. Su pesada armadura cayó como el plomo en el lecho de alta calidad a unas pocas habitaciones donde estaba la de la recepcionista. Era una comparativa extraña ver el pequeño receptáculo donde dormía Moku con la estándar habitación donde actualmente se alojaba el joven aprendiz de héroe.
Tan rápido como hizo el ademán de cerrar los ojos, escuchó una voz muy familiar y, a su vez, molesta.
― ¿Ara? ¿Ya es de día-?
La diosa de los pervertidos había despertado de su 'pequeño' sueño que había durado varias horas. Con una voz pastosa no se molestó en ocultar su descontento y dijo con un hilo de voz.
― Idiota, ya es de tarde. Pasaste muchas horas en ese lugar donde descansabas.
La digna Gaemi observó a su alrededor y con un aire de desaprobación gritó.
― ¿Esto es todo lo que has podido conseguir? ¡¿Cómo esperas que me conforme con esto?! Bueno, por lo menos tiene un lugar donde puedes quitarte todo ese hedor a sangre que llevas impreso.
Un suspiro cansado salió de los labios del joven. No estaba con ánimos de discutir ahora y tampoco tenía planeado hacerlo después, con un "sí sí" le dio la razón y empezó a cerrar los ojos. Sería un sueño rápido, lo suficiente para reponer fuerzas.
― Haaaa... Supongo que te dejaré descansar por unos minutos. Algo me dice que has madurado un poco más en mi ausencia, fumu. - Una sonrisa cómplice acompañó una frase que el joven jamás llegó a escuchar.
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[MOKU]
Ha sido un día largo y lamentablemente lleno de incidentes. Mi cuerpo cansado se arrastra por el pasillo, normalmente volvería al trabajo pero por la compleción de la misión me dieron el resto del día de descanso además de tres monedas de plata. La misión debía cumplirse en 2 ciclos completos*, al final tardamos un poco más de unos cuantos ciclos* así que es normal que se nos haya recompensado de una forma mayor a la prevista.Los rumores acerca del hombre de latón siguen creciendo, en un principio no me molestaba y los ignoraba pero recientemente he estado prestando atención a las palabras que circulan. Es un "enemigo del pueblo", un "héroe maldito" y un "asesino despiadado". Parece que la gente está generando un mal ambiente a su alrededor, a pesar de esto nadie se atreve a decirlo directamente.
Les comprendo en parte, es el único que ha golpeado libremente a otros guardias sin recibir ningún tipo de penalización.... Bueno, aunque esté maldito, sigue siendo un [Héroe] ¿no? Veo imposible que un héroe golpee por placer a otro guardia a pesar de que he visto con mis propios ojos como golpeaba a uno de los caballeros que nos acompañaba haciéndole... Pffffff.... Comer tierra... Hahaha.... Ciertamente, si no fuera por la tensión del momento, quedaría hasta cómico...
Decido visitar a Emi antes de asearme. Llego a su puerta y golpe con sutileza el marco de madera con el fin de recibir respuesta, un ligero "pasa" me da vía libre a entrar.
Ahí está, mirando algunos papeles sentada en su pequeña cama mal hecha.... ¡Emi! ¡¿Cuántas veces te he dicho que las camas tienen que dejarse ordenadas?! Haaa... No cambiará nunca, a pesar de que se haga la dura cuando un hombre la invita a salir, sigue siendo igual de terca y despistada.
Sus ojos repasan mi gastada figura y con una sonrisa le digo "un día en la oficina", parece que ha entendido la broma, se ríe ligeramente. Me siento en el borde de la cama observando los papeles que tiene en la mano, son.... Sí, parece que es otra carta de confesión. A veces envidio su popularidad, no lleva aquí 7 días* y tiene semejante cantidad de gente que desea invitarla a salir.
A pesar de que digo que es una carta de confesión, es distinta a las demás. Si me fijo bien, parece que el texto está escrito de una forma muy desgastada y la tinta está un poco borrosa, parece que se escribió con prisa.
Emi me devuelve la mirada y con un "¿por qué sigues mirando el correo privado?", me encojo de hombros y saco la lengua ligeramente. Has sido tú la que no lo ha escondido cuando lo estabas leyendo.
Se levanta con el papel en mano y lo tira sin delicadeza en un cajón. Mis ojos se quedan perplejos al ver lo que en el cajón de aquella mesita de noche había: la misma carta un montón de veces, escrita con el mismo desaliño que las demás...... ¿Debería preguntar?
Algo en el ambiente me dice que lo mejor será no hablar del tema, por lo menos de momento.
Emi recompone su figura y sonríe como siempre mientras mira mi aspecto extrañamente lleno de cortes en la ropa, tierra y algo de sangre seca. Le informaron de mi estado al llegar así que no se preocupa por preguntar sobre mi estado actual.
― Bueno, ¿a qué se debe la visita hoy?
Es verdad, he venido por algo concreto.
― Quería preguntarte algo. Algo personal.
Emi entorna la mirada y se toca el puente de la nariz, como si hubiera adivinado mis intenciones. Espera, ¡¿cómo es eso posible?! ¡aún no he dicho nada!
― Bueno, te lo diré de forma clara. A los hombres no les importan los pechos pequeños, no te preocupes por eso.
Saca el dedo pulgar en aprobación. Mi cara de confusión dura unos segundos, miro mi pecho y lo comparo rápidamente con el suyo. Noto mi cara caliente y le grito "¡idiota!" mientras me tapo.
.....A veces Emi tiene un carácter horrible. Las risas estallan de golpe, se disculpa diciendo que es una broma.
― No venía por eso... Verás, es algo personal.
― Hum, si puedo respondértelo lo haré.
Me muerdo el labio, ¿debería hacerlo?
― ¿Por qué te cae tan mal?
Lo dije. Su rostro está confundido, lo comprendo, no he hablado mucho por miedo de que mis palabras se deformaran en algo que no quería decir. Intento completar la frase.
― Al idiota de armadura plateada.
Emi cae en la cuenta de quién hablo. Exhala una bocanada de aire y me pone una mano en el hombro. Aquella mano que me tranquilizaba en ocasiones ahora mismo no me transmite esa sensación. Desde que noté la fría armadura del caballero de latón, siento que todo es difícil de entender.
― Sé que lo preguntas con buena intención, pero es algo que no deberías hacer.
― Emi, por favor.
Mis ojos llenos de súplicas penetran su coraza y al final acaba cediendo. Es normal, ¡nadie puede con mis ojos de súplica! Fufufufu, podría llamarla mi habilidad especial.
― No le odio exactamente. Simplemente me niego a pensar que 'eso' es un Héroe.
― Todos hemos visto su [Tarj-]...
― No lo digo por eso. Cuando nosotros necesitamos a ese [Héroe] hace unos días, él no estaba allí. ¿Qué tipo de héroe dejaría una situación así sin tratar? A mis ojos, solo es un impostor jugando a ponerse un disfraz que no le pega.
Un disfraz que no le pega, ¿huh? Esa frase se clavó en mi mente. Hoy mismo había visto a ese [Héroe] decapitar gente como si disfrutara de ello, y también le vi preocupándose por mí. No tengo forma de confirmar mis palabras, pero estoy segura de que el milagro que hoy recibí no fue obra de ningún dios... Estoy pensándolo demasiado, supongo.
Emi chasquea los dedos y me zarandea ligeramente, parece que me volví a perder entre pensamientos mientras hablábamos. Una expresión burlona aparece de repente en su cara y se cruza de brazos.
― Ya sé lo que está pasando. No has venido a hablar de ese idiota...
Me perdí en sus palabras, realmente sí he venido a hablar de esta situación. Antes de hablar, su voz se acelera y con un pequeño chillido grita algo.
― ¡¿Has encontrado al chico ideal?!
Espera, ¡¿QUÉ?! ¡NONONONO! ¡¿A qué se debe esa suposición tan idiota?! Me veo negando mil veces con las manos y moviendo exageradamente la cabeza. ¡¡S-solo vine a preguntar eso!! Me sorprendo a mí misma notando calor y vergüenza, por los dioses ¿en qué estaba pensando antes de llegar aquí?
― ¡Tendrás que contár-!
Suena la puerta, parece ser el hombre que trae las cartas. Su expresión se vuelve fría de golpe y me mira con disculpas.
― Arrr.... Moku-chan, me tendrás que disculpar pero tengo asuntos que tratar. ¿Hablaremos de esto en otra ocasión?
No comprendo su cambio de actitud pero asiento mientras el enrojecimiento de mi rostro va difuminándose con lentitud. Emi me acompaña a la puerta y con una caricia en el pelo me alborota el pelo, ¡oye sabes que odio que me hagas eso, mouuu!
Mientras camino hacia mi habitación, me giro disimuladamente para ver como el hombre que llevaba las cartas le entrega un montón de ellas. La gran mayoría, con el mismo envoltorio beige que tenían las cartas de aquél.... admirador.
........¿Será que Emi tiene un acosador y cada vez va a más...?
Ese pensamiento me acompañó durante el resto del día preocupándome de sobremanera. Cuando lavaba mi cuerpo en la pequeña bañera de uso público del Cuartel, una imagen venía a mi cabeza. Me acaricio la mejilla.... ¿Una cicatriz huh.....? .....Lo recordaré.
Por el momento, necesito hablar con alguien sobre este acosador... Creo que sé a quién acudir. Siento esto Emi, pero es por tu propio bien.
*Ciclos completos: Como sabéis, el término "Horas" no existe en Myriad. Su sistema de tiempo está cambiado por ciclos diurnos y nocturnos, también por ciclos y ciclos completos. Os dejo, por si no recordáis, el sistema de horas:
Clasificación del tiempo:
1 ciclo completo → 1 día.
1 ciclo → 1 hora.
Clasificación de los días:
1 ciclo diurno → 1 hora diurna (1:00 - 12:00 PM).
1 ciclo nocturno → 1 hora nocturna (1:00 - 12:00 AM).
Debido a que queda bastante extraño, cuando se usen descripciones o charlas internas en POV usaré horas y días, ¡así no se lía nadie!
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[AVISO: YA ESTÁ FACEBOOK CAMBIADO]
< Por favor seguidme en la nueva página, esta no caerá, ¡saludos! >
¡Nos vemos en Myriad!
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