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Vol 3. • Act I -1- •「Overgrowth Level」

Imagen pequeña del Vol. 3


<Acto número 1, volumen 3>







ACTO I: LIBERACIÓN EN DOS PARTES
<Acto número 1, Volumen 3>

Me llamo Shizuku, tengo 19 años aunque cumpliré 20 este año. Mi hermano fue apaleado por un cobarde que se dio a la fuga, la policía sospechaba que podría haber sido una mujer llamada Ilexa o, quizás, solo fue una cómplice del crimen.

No me preguntes por qué acudí al bosque donde todo sucedió, simplemente fui de noche. Solo... Era algo que necesitaba hacer. Quería despejar mi mente y ordenar mi hilo de pensamientos de tal forma que pudiera conseguir algo de paz aquella noche.

Mis ojos rápidamente cruzaron todo el bosque cuando iba a abandonar el lugar, una luciérnaga de una luz preciosa parecía hablarme. Mi mente jugándome otra mala pasada pensé mientras, de forma totalmente intencionada empecé a hablar con ella. La voz me respondía y, aunque fuera mi cabeza respondiéndome con delirios, sentía tranquilidad.

 ― ¿Por qué ha pasado todo esto...?

― [¿Qué es lo que ha pasado, joven Shizuku?]

― Quiero a mi Onii-san de vuelta.

― [Onii-san siempre ha estado contigo]

― Y ese cobarde que lo haya hecho, que lo pague...

― [Esos cobardes lo pagarán, en un momento u otro]

― Soy patética, hablando conmigo misma en el mismo bosque donde todo ocurrió. Realmente soy extraña...

― [¿Hablando sola?]

― Debo estar perdiendo la cabeza...

― [Un un]

― Daría lo que fuera por volver a saber de Yun...

― [¿Es así?]

Me arrodillé y mis manos se hincaron en el suelo con las palmas abiertas. Cuando quise darme cuenta, mi cara estaba húmeda de nuevo. Debo parecer muy estúpida ahora mismo, si alguien me viera seguro que me señalaría gritando "¡mirad qué vergonzoso!" o algo así. Aunque me da igual, todo me importa poco ya. Esa gente no estaba allí para ver lo que yo vi. No tienen derecho a juzgarme.

La luciérnaga seguía moviéndose de un lado a otro mientras parecía moverse al compás de mis sollozos. No quería ponerme a llorar. Yun, si estás en el cielo, por favor no mires a tu Onee-san ahora... Permíteme llorarte un poco más, solo un poco más y mañana volveré a ser aquella Onee-san seria que siempre trataba de animar tus mañanas.

Déjame llorarte como una niña hoy para volver a ser adulta más tarde, por favor.

La luz se acercó y se puso sorprendentemente cerca de mis ojos hasta que no podía ver otra cosa. Aquél foco cegaba mi visión suavemente hasta que, sin saber cómo, perdí poco a poco mis fuerzas y me quedé dormida en el pasto del bosque, mojado por el rocío de la noche.

• • •

Shizuku abrió los ojos después de incontables horas. Su cabeza le dolía a horrores y tenía las extremidades dormidas por la incómoda postura en la que se había quedado desfallecida por dios sabe qué razón a la que atribuyó sería falta de descanso.

Su alrededor había cambiado, tanto que dudó si seguía soñando. Un pasto blanco eterno que llegaba hasta donde su vista daba alcance, unas montañas perfectamente onduladas a la lejanía que contenían ese mismo color impecable con algunas manchas azul cielo danzando sin parar en las cimas. El sol era una simple esfera blanca en un fondo de azul claro, tanto que podía confundirse con el amarillo.

― Dónde...

No se dio cuenta, pero tras de él, una figura le tendía la mano cortésmente con una sonrisa increíblemente sincera. Aquél joven carraspeó al ver que durante varios segundos, la chica no se percató de su presencia.

― Disculpadme, joven dama, pero debería levantarse del frío suelo o se refriará.

Shizuku giró su cabeza en dirección al sonido. Una persona fuertemente musculada con una sonrisa de príncipe azul estaba ante ella. Pelo dorado que se movía muy débilmente, ropas del mismo color blanco que todo el terreno. Sus ojos negros, en comparación, destacaban muchísimo en su rostro debido al contraste de colores.

― ¿Etto...?

La mano del chico seguía tendida así que Shizuku la tomó alzándose gracias a su fuerza.

― Gracias por aceptar mi amabilidad. ¿Estáis herida?

― ¿C-cómo dice?

Shizuku empezó a tocarse el cuerpo buscando señales de heridas, su mente aún no se había desperezado del sueño así que no podía pensar con mucha lucidez. Segundos más tarde alzó los ojos y cayó en la cuenta de la situación.

― ¡¿D-dónde estoy?! ¡¿Quién es usted?!

El hombre dio un paso atrás intentando dar espacio a la ahora ansiosa Shizuku.

― Disculpad mi descortesía. Me llamo Alyos, estáis en el Reino onírico, bienvenida.

― ¿¿Reino qué?? ¡¿Dónde estoy realmente?! Mire, yo no tengo dinero, así que por favor, déjeme ir...

Alyos lanzó una carcajada simple sin maldad ninguna.

― No os he secuestrado, si eso es lo que queréis intuir. De hecho, vos misma habéis elegido estar aquí ¿no es así?

― ¡T-tonterías! ¡Un sueño! Eso es, todo esto es un sueño...

― No estáis soñando...

La mente humana tiende a buscar apoyo en los acontecimientos que no puede explicar, así que con esa respuesta en su corazón, Shizuku se calmó notablemente.

― En fin, supongo que estaréis pensando qué hacéis en mi reinado. Os explicaré brevemente mi situación.

― Etto... ¿Podría tener algo para beber?

Alyos la miró perplejo. La gente solía caer en locura cuando les decían que aquello no era un sueño y trataban torpemente de golpearse, pellizcarse o, en contadas ocasiones, salir corriendo. A diferencia de ellos, Shizuku estaba allí calmada y con una sonrisa burlona, como si confiara ciegamente en que aquello sería una pesadilla.

― Hm... Sí, claro, ¿qué deseáis tomar?

― ¿Podría tomar un té, si no es mucha molestia?

― No veo problema.

Con un chasquido de dedos, una taza apareció de la absoluta nada con el té caliente y aroma a limón que Shizuku quería.

― ¿Cómo sabe que me gusta con limón?

― Ser el dios principal de un mundo mágico tiene sus ventajas.

― ...Definitivamente es un sueño, pero por lo menos podré descansar.

Shizuku cogió la taza que contenía el té con las dos manos y se lo acercó a los labios, bebiendo ligeramente en el proceso. La taza era una de cerámica como la que usaba su misma familia en la ceremonia del té que se celebraba.

― Verá, en el mundo... En su mundo, vos pedisteis un deseo. Yo vengo a concedéroslo a cambio de un pago, ¿qué os parece?

― Yo... no he pedido nada.

― ¿Huh...? Esto.... ¿Recordáis algo como esto?

La luciérnaga de color azul celeste apareció ante ella y reprodujo la charla que habían tenido instantes atrás en su mundo original. Shizuku sonrió burlona una vez más mientras asentía con la cabeza.

― Bien, yo estoy dispuesto a entregaros a vuestro hermano a cambio de que vos zanjéis un problema que está dándome ciertos dolores de cab-

― Perdone que le moleste, si es usted tan fuerte, ¿por qué no lo arregla usted mismo?

― Tenemos ciertas leyes. No puedo ser la mano ejecutora de mi problema, pero sí puedo ser la mano en la sombra que realice la ejecución.

― Ha... ¿No es un poco inútil entonces su poder?

― ...Podría llamarse inútil si nos referimos a que no tengo poder sobre los seres que habitan mi mundo, sí.

― Pfff... Hahahaha...

― M... Me alegro de que disfrute de las circunstancias, verá...

Alyos tosió con fuerza y el ambiente empezó a tensarse un poco, Shizuku irguió la espalda notando que la broma podía haberse terminado en aquél momento.

― ...La tierra no es el único mundo de la existencia. Yo soy el gobernante absoluto del mundo donde vos iréis a solventar mi problema, el mundo se llama Myriad, nosotros somos sus dioses y entes divinos.

― Ahá...

― Me ahorraré la historia, mi mundo está siendo atacado por una existencia que se hace llamar "Rey demonio". Como dije, no puedo ir personalmente, así que os encomendaré a vos esta tarea.

― Así que yo, una estudiante hará frente a un Rey demonio. Entiendo que los sueños son fantasía, pero quizás ha sido demasiado.

― ...Jamás dije que fuerais a luchar sin habilidades. Os daré una habilidad, la que más queráis y os la pondré a un nivel aceptable, recordad solo que no toleraré el fracaso.

― ...¿Y qué saco yo de todo esto?

De nuevo, tomó otro sorbo de la taza de té, volviendo a su apariencia de chica tranquila y burlona.

― A Yun. Además, os permitiré volver a vuestro mundo de orígen. Verá, una de las condiciones para ser invocado a otro mundo es que vuestra vida haya dejado de existir, es por eso que vos estáis aquí.

― Hay que morir para subir, muy original.

― Sí, os quedasteis accidentalmente dormida en pleno invierno en el bosque. ¿Aceptáis el trato?

Shizuku puso un gesto difícil y torció los labios, sus mejillas sonrojadas por el anterior frío que aún podía notar estaban ahora haciendo un pequeño bulto debido a que las infló pensativa.

― No tengo todo el día, señorita Shizuku. Debo atender otros asuntos que conciernen a mi interés personal, ¿aceptáis o no?

― ¿Y si me niego?

― No pasará nada. No soy un monstruo, no os he invocado para haceros daño, encontraríamos la forma de devolveros a vuestro mundo, pero perderíais para siempre la oportunidad de rescatar al señorito Yun.

― ...Los muertos no pueden volver.

― La muerte es solo otro reino y si tienes las llaves de sus portones, serás capaz de entrar y salir de su morada.

Su mano ahora se tendía en forma plana, esperando sellar el trato. Shizuku seguía opinando que aquello era un sueño, tosió ligeramente y aceptó el gesto, fijando así el trato.

Un pequeño símbolo en forma de asterisco se formó en la palma de la mano donde el trato fue sellado y, el escozor era tan grande, que la pobre muchacha lanzó al suelo la taza de té y se sujetó con fuerza la palma dando un grito agudo.

― Lo sé, el sello del trato es condenadamente doloroso, lamento eso. Por favor soportadlo. Bien, mientras estáis asimilando el sello, os daré instrucciones más prec-

― ¡¡Esto duele, maldita sea!!

― ...Sois bastante malhablada, no me gusta ese tipo de actitud.

― ¡¡Al cuerno tú y tus gustos!! ¡Esto duele demasiado incluso para ser un sueño!

― ...Como digáis. En fin, escuchadme, eliminar al Rey demonio, misión fácil y rápida. No os podré límite de tiempo pero no me gusta esperar.

El sello finalmente se calmó y Shizuku recuperó la compostura.

― Haa.. Aish... Etto... ¿No iba a recibir algo así como una habilidad?

― ¿Hm? Ah sí, ¿qué deseáis como habilidad?

Shizuku sacó pecho burlona.

― Ser una diosa.

― Denegado.

― ¡¿Por qué?! Es mi sueño, puedo hacer lo que quiera ¿no?

― Han de ser poderes que no rompan el plano del códice.

― No sé que es eso, pero... Entonces ser super fuerte.

― ...¿Segura? Es un poder muy poco útil, todos tienen en una proporción u otra fuer-

― ¡No no! Mejor, ser super rápida. ¡No! ¡Quiero ser invisible! ¡O volar...!

― ¡Por todos mis discípulos, calmad esa sed que vos tenéis sobre pedir cosas extrañas!

― ¿Es que no pido cosas normales?

― ¡¡Ni una!!

Shizuku se puso la mano en la barbilla y sacó la lengua ligeramente pensativa, forma extraña pero adorable de hacerlo. A los pocos minutos, la chica exclamó algo.

― ¡Ya lo tengo!

― ¿...?

― ¡Quiero invocar CUALQUIER COSA!

― Denegado.

― ¡¿Por qué?!

― ...Porque de nuevo, pedís cosas extrañas.

― ¿Entonces invocar cualquier arma...?

Alyos estaba a punto de decirle que no, pero empezó a pensárselo y una sonrisa cómplice cruzó su rostro.

― Bien, creo que puedo hacer algo con eso.

Puso la palma de su mano delante de la chica y un montón de tarjetas de un color azul medio translúcido empezaron a barajarse unas con otras, a los pocos segundos una de color rosa salió de entre todas.

― Ahá, lo encontré, esto es...

La tarjeta se acercó y brilló ante la muchacha que la miraba pasmada.

― ¡Woah! ¡Cómo brilla...! ¡Es muy linda!

Cuando extendió su mano, la tarjeta se volvió cristales minúsculos que entraron en el sello de Shizuku silenciosamente. De repente, como un huracán, un montón de destellos empezaron a florecer en la cabeza de la chica que se retorció de dolor.

Conocimientos básicos, cultura básica, lógica del mundo, lenguajes básicos y muchas otras cosas más fueron añadidas en su memoria de forma artificial, además del uso de la habilidad.

― ¡Arghhhhhh!

― Lo sé, aguantad, solo es un momento.

A los pocos segundos, Shizuku se calmó y miró asustada al dios que sonreía satisfecho con su creación. Carraspeó y con un "atención" presentó la habilidad.

― La habilidad que habéis recibido se llama [Transversal], os permitirá invocar cualquier arma con algunas limitaciones.

― ¡Woahh! ¡Genial! Pues...

Shizuku cerró los ojos con fuerza y de su palma solo salían brillos, pero ningún tipo de arma.

― Esto... ¿no funciona?

― Me olvidé, hay limitaciones...

― ¡¿Ah?!

― Las limitaciones son que solo podrás invocar armas que sepas cómo funcionan. Me explico, podrías invocar un arco ya que sabes cómo funciona, me refiero a su mecanismo. Pero no podrías invocar un cañón mágico ya que, en principio, no sabes cómo funciona un cañón y mucho menos propulsado con magia.

― Eso... es un golpe bajo....

― Solo debes aprender a saber cómo funciona, en el momento en el que tu mente comprenda eso será posible para ti invocar el arma. Estas tendrán una dureza increíblemente alta y los suministros que necesite el arma podrán ser invocados sin límite.

― ...Sigue sin convencerme.

― Depende del arma, adoptarás una maestría acorde con ella. Si invocas dos Kunais, [Transversal] mutará tus estadísticas para que seas una excelente usuaria de Kunais pero perderás cualquier otra maestría mientras tengas las dos Kunais bajo tu control. Probemos tu habilidad en funcionamiento...

― ¡Oye, yo no quería est-!

Dos figuras humanoides que parecían creadas con algún tipo de metal se formaron del terreno. A los pocos segundos, dos esferas rojizas se encendieron en los rostros de las figuras y corrieron enfermizamente hacia Shizuku.

― ¡Defiéndete, vamos!

― ¡¿Qué es esa cosa?! ¡¿H-hay dos?!

Las figura número uno estaba por delante de la segunda y lanzó un puñetazo a una velocidad de vértigo e impactó en el estómago de la chica, mandándola a volar unos metros con un "HIIII!" saliendo de sus labios acompañado de saliva. Después de dar varias vueltas en el terreno, se levantó con dificultad.

― ?!

La segunda figura apartó violentamente a la primera y corrió directa a por Shizuku de nuevo. La chica, asustada gritó algo mientras ponía la palma de su mano mirando al cielo. Una hermosa katana de filo plateado que evocaba rayos celestes apareció en su mano.

A pesar de aquella situación, el arma le proporcionó paz a Shizuku que tan rápido como cerró el puño notó un cambio en su cuerpo.

[Protocolo de combate: Ninjutsu activo]

[Protocolo de combate: Kendo activo]

[Protocolo de combate: Agilidad como atributo principal]

― "Me noto... Calmada..."

Puso la brillante Katana en forma vertical y cuando el autómata estaba a poco más de tres metros, se lanzó de cara y asestó un único golpe horizontal en dirección a la cabeza. El autómata cayó víctima de una decapitación y se volvió partículas.

― "Ah..."

Pensó en otra arma, esta vez dos Shuriken que tenían los mismos colores que la katana: plateados con brillos de color azul cyan. Su cabeza volvió a dolerle al invocar una nueva arma ya que la anterior desapareció.

[Protocolo de combate: Artes ocultas activo]

[Protocolo de combate: Armas arrojadizas activo]

[Protocolo de combate: Agilidad como atributo principal]

Lanzó uno de los Shurikens y acertó en el cristal izquierdo del autómata, cuando la criatura levantó una de las manos para sacarse el Shuriken, Shizuku corrió con los brazos hacia atrás a una velocidad que jamás había visto. Diez metros, cinco, dos... 

Al llegar a medio metro, usó su pierna derecha y pateó en la rodilla a la criatura que tambaleó, cuando estaba cayendo, re-invocó la Katana y la clavó en el otro ojo a una velocidad pasmante.

― Aaaa... ah... Haaa... Esto... ha... ha sido... genial... hah.... Cansa... mucho.... sedienta...

Unos aplausos dirigidos de Alyos que observó la escena desde la distancia cerró el combate.

― Invocar armas consume maná. El maná es la fuerza de los seres, así que ten cuidado con usarla en exceso, se recupera poco a poco o con algunas pociones que tienen en Myriad.

― Es un sueño divertido... Por lo menos... Necesitaba este descanso...

― ¿Aún seguís con eso del sueño? Oh, de verdad que ya no sé cómo convenceros. Supongo que vos misma veréis que no lo es cuando pasen unos días.

― Si... por algún motivo... Esto no fuera un sueño... ¿Cumplirás tu parte del trato?

― Claro, siempre me he caracterizado por ser alguien que cumple sus promesas. Mata al Rey demonio y te reuniré con tu hermano. Además de enviaros a vuestro mundo, claro.

Una sonrisa cálida después de aquello hizo que Shizuku se tranquilizara.

― ...¿Y el culpable...?

― ¿Te refieres a los tres hombrecitos que lo mataron en tu mundo? No te preocupes, algo me dice que alguien ha saldado su deuda.

Poco a poco todo alrededor de Shizuku empezaba a oscurecerse. Lo último que oyó fue un susurro que decía "no me decepciones".

Nada más.


COMENTARIO DEL AUTOR
[KAMI-SAMA, IRIZU-SAN O IRIZU-SENSEI]
Yare yare daze.

COMENTARIO DEL EDITOR
[PHOENIX]
¡¿Quiere dejar de enviar comentarios de autor inútiles, Irizu-sensei?! Geez... XD

(ω)ノ

¡Mis más sinceras gracias-!

Te-hee~☆ ♡ ♡


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¡Nos vemos en Myriad!


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3 comentarios

¡Yahooo~☆! Agradezco mucho tu comentario~♡♡ Todos son leídos y contestados en menos de 1 día, Te-hee~☆ ♡♡

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