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Vol 3. • Act X -10- •「Overgrowth Level」

Imagen pequeña del Vol. 3


<Acto número 10, volumen 3>







ACTO X: QUERER SER MÁS FUERTE
<Acto número 9, Volumen 3>

[Oráculo del Palacio Real de Shirei, Balsenia]

En los largos suelos encerados y resplandecientes del Palacio Real de Shirei, los guardias de raza Orca se mantenían vigilando las puertas dobles que componían la entrada al bastión inexpugnable donde la familia real mantenía discusiones de carácter bélico.

Por tradición familiar, todos los miembros eran entrenados desde muy pequeños para acatar el fino arte de la guerra pero, sobretodo, el de la política exterior: lejos de lo que pudiera parecer en los mangas de la Tierra, el reino demoníaco tenía unos excelentes mediadores y era uno de los mejores continentes a la hora de realizar exportaciones e importaciones.

Esto era debido a su altísima cantidad de volcanes y su activo casi inagotable de roca magmática, además de minas subterráneas formadas gracias a erosiones del terreno. Para un geólogo, este lugar sería el paraíso.

Desde minerales de poco uso como el Carbón metálico y el Cobre hasta grandes materiales como Oro, Diamante y, en pocos casos, Diamantita, la raza de demonios era una potencia inconfundible cuando se hablaba de minerales y rocas con alto índice de pureza.

La familia real estaba compuesta del actual Rey, un Orco bárbaro, la actual Reina, una Súcubo y sus tres hijos, los cuales habían tomado la forma de sus predecesores. En el caso de los dos hijos varones, habían tomado los genes del padre y se habían vuelto unos [Orcos bárbaros] mientras que la hija se volvió una [Súcubo].

Los dos hijos habían tomado el camino de la espada y habían estado entrenando desde pequeños para ser unos grandes [Generales Orcos bárbaros] mientras que la futura princesa tenía otro punto de vista, que era el de ser una gobernante desde el trono, regentando a sus dos hermanos y manteniendo el país unido.

Era raro de decir, pero los dos hermanos estaban de acuerdo con que su hermana se quedara con el trono mientras ellos pudieran seguir teniendo decisión dentro del mismo, ya que como [Generales Orcos bárbaros] que querían llegar a ser, no tendrían tiempo de lidiar con el tema diplomático y su trabajo a la vez.

Pero el sueño de la dulce Súcubo no era tan dulce como sus padres querrían.

Mientras que sus padres querían formar pactos de paz y mantener sus fronteras sin invasiones futuras, Dayanne mantenía otra forma de pensar: Para ella, el mundo podía ser unido y ser gobernado bajo un único mando.

No sería extraño decir que poseía aires de grandeza.

Su delicada cola de demonio acabada en punta se movía seductoramente de izquierda a derecha mientras que sus piernas, esbeltas y finas se dirigían hacia la habitación donde la familia decidía estos temas, dejando detrás de ella un sonido producido por los tacones en un compás maravillosamente sincronizado.

Con su pelo largo meciéndose a cada movimiento, el color apagado entre rojo y marrón solo podía verse más claramente cuando los rayos del sol que procedían de los enormes ventanales se colaban e invadían su cabello.

Los ojos, de un color rosa claro extremadamente comunes en las Súcubo, inspeccionaban todo a su alrededor solo para ver que los guardias bajaban la mirada cuando Dayanne pasaba seductoramente.

Para una Súcubo, el sentirse deseada era la sensación más normal del mundo y, lejos de sentirse incómodas, se sentían mejor cuantas más miradas atraían por su belleza.

Su traje había causado problemas en la Tierra ya que era una sola pieza de cuero negro muy ceñida que realzaba todas sus figuras, incluídas sus montañas y valles bajos. Era realmente curioso de contemplar ya que a primera vista, el traje parecía muy incómodo de llevar.

Lejos de lo que pudiera parecer, los cuernos y la cola que las Súcubo poseían podían ser retiradas si se concentraban en ello, pero al hacerlo su magia era muchísimo menos poderosa por lo que de normal era más conveniente llevar estos distintivos raciales. Pero por algún motivo, Dayanne nació sin estos dos característicos cuernos y solo la cola podía ser vista.

Los Súcubos macho no existían así que se valían de otras razas para reproducirse, era algo normal que algunas nacieran con extraños defectos raciales.

Volviendo al tema principal.

Sus caderas que se movían de lado a lado entraron, por fin, dentro de la habitación familiar y se cerró detrás de ella con un sonoro golpe. Un "Ya estoy aquí" sonó de forma seria mientras los demás miembros familiares hablaban de diversos temas.

La habitación era tan simple que parecía una broma: habitación totalmente gris, sin ventanales y solo con una pequeña chimenea y algunos muebles de madera alrededor. Lo más importante era la mesa central circular y las múltiples sillas que había a su alrededor, todo cuidadosamente puesto encima de una alfombra que no tenía nada en especial.

Cuando Dayanne tomó asiento, todos callaron y miraron a la joven chica.

― ¿A qué es debido esta vez?

Un pequeño cesto de frutas adornaba el centro así que la Súcubo alargó sus manos con uñas negras y finas para recoger una. Cuando se la llevó a la boca y dio el primer mordisco, la noticia cayó sobre ella como un balde de agua fría.

― Onee-san, tenemos problemas. Ya han aparecido todos.

― ¿Hnn... Quiénes son todos?

El Rey suspiró poniéndose una mano en la cabeza.

― El Oráculo hará escasas horas lanzó un mensaje. Su aviso confirmó que los tres grandes han aparecido por fin y, por el momento, parece ser que los humanos tienen al [Héroe] con ellos.

La fruta parecida a una manzana que tenía en la mano cayó y rodó por el suelo. La fuerza había desaparecido de sus manos al oír esta pequeña noticia ya que ni ella misma sabía que hubiera alguno ya.

― ¿Eh....?

La Súcubo madre, cuya apariencia era de pelo blanco y cansada expresión respondió con una voz cálida y delgada.

― Hija, tu padre está en lo cierto. No os dijimos nada, pero creemos que ya va siendo hora de que sepáis de esto. Posiblemente estemos a escasos años de una guerra que se llevará a gran escala.

Los hermanos lo habían sabido desde hacía escasos minutos por lo que seguían callados y miraban a sus padres esperando más información al respecto.

La chica golpeó la mesa con la palma y alzó la voz.

― ¡E-entonces encontremos nosotros a nuestro gran salvador, ¿no debería ser sencillo?!

La mujer sonrió como pudo mas solo quedó en su lugar una amarga sonrisa.

― Recibimos noticias hace más de una semana sobre la aparición de nuestro héroe, el [Rey Demonio].

Dayanne esbozó una gran sonrisa.

― ¡Entonces-!

― Pero parece ser que podría volverse hostil hacia nosotros.

Su sonrisa se rompió en mil pedazos y un rostro impactado quedó en su lugar. ¿Qué tipo de [Rey Demonio] se vuelve hostil contra los [Demonios]? Era como si el [Héroe] se volviera hostil contra los [Humanos] o que el [Gran Druida] se volviera hostil con las razas [Démicas].

― Eso...

El Rey Orco bárbaro suspiró y cogiendo una pequeña botella de vino se sirvió un poco para después bebérselo poco a poco. Cuando su garganta se había mojado un poco, empezó su parte de la historia.

― Hija, debo pedirte que abandones las ideas que llevas rondando desde hace tanto tiempo.

― ¡No podéis pedirme eso! ¡Papá, mamá...! ¡Hermanos, decid algo---!

Los dos hermanos negaron con la cabeza baja, esta vez parecían estar conforme con su padre.

― Escúchame hija, nosotros somos una raza guerrera, pero si nos enfrentamos a los dos continentes perderemos. ¡Por los dioses, si hasta el propio [Rey Demonio] exclamó que estaba en guerra con el mundo! ¿Qué posibilidades crees que tenemos de salir un poco victoriosos cuando tenemos todos los enemigos posibles?

Si cada facción tenía a su salvador, era una igualdad de fuerzas más o menos equitativa. Pero con la facción de los demonios sin el control del [Rey Demonio], eran el blanco más fácil posible de los humanos, los únicos que habían declarado ya públicamente que el [Héroe] estaba en su facción y se había aliado con ella.

― Se enviaron varios escuadrones para encontrar al [Rey Demonio] y tratar de razonar con él para que se una a nosotros. Si por algún motivo otra facción logra destruirle o, en el peor de los casos, reclutarle, estaremos perdidos.

― Pero padre, ¿qué se le podría ofrecer al [Rey Demonio] para que se una a nosotros? Pienso que Onee-san tiene un poco de razón en que deberíamos intentar unir el mundo en un solo reino pero...

― La entidad conocida como Rey Demonio es, sin lugar a dudas, una existencia fatídica para sus enemigos... No le interesa lo más mínimo el dinero ni tampoco cae ante los placeres de la carne. Lo único que ansia más que a sí mismo es el poder y, ahora mismo, somos los que menos poder tenemos.

Ellos hablaban, claramente, de los anteriores Reyes pero teniendo en cuenta que solo habían aparecido 2 veces en toda la historia era difícil crear un patrón con ello.

Si tuviéramos que unir a los usuarios del título con su forma de ser, sería algo como...

El Héroe, con el Honor y la Justicia.

El Rey Demonio, con el Poder y la Soberbia.

El Gran Druida, con la Magia y la Sabiduría.

Lamentablemente no habían muchos de estos adjetivos que calificaban bien con Yun pero esta familia gobernante no tenía ni idea.

― Hemos decidido que si, por algún motivo el [Rey Demonio] rehúsa nuestra petición o se une a otra facción, haremos pública nuestra derrota.

Nunca gritó tanto para negar algo, gritó tan fuerte que su voz casi se desgarra.

― ¡JAMÁS! ¡No aceptaré una derrota sin que hayamos luchado! ¡¿Es que no hemos salido victoriosos en varias ocasiones, papá?! ¡No necesitamos a ese estúpido Rey Demonio! Podemos luch-

Aunque su padre admiraba el espíritu de lucha que la joven demostraba, la interrumpió con una voz profunda y una sentencia cortante.

― ¡¡¡Silencio!!!

Su profunda voz y sus rasgos cansados hacían que tuviera una auténtica presencia real. Su piel ligeramente rojiza y sus grandes músculos hacían que diera bastante miedo cuando alzaba su voz.

― No sacrificaré ningún ejército en una guerra de la que no estemos seguros si podemos aguantar. ¡No ganar, simplemente aguantar! ¿No lo entiendes, hija mía? La mayoría de soldados que mandamos son diezmados, aquellos que se hacen llamar [Aventureros] siguen viniendo y matando a placer, pensándose que lo hacen por justicia pero es realmente egoísmo.

― Pero...

― ¡Silencio, he dicho! Cuando termine de hablar, podrás opinar. Aún eres muy joven, no llegas a los 17 años mortales de edad, tu madre y yo os hemos visto crecer y estamos orgullosos de vosotros, de verdad que sí. Pero no queremos que desperdiciéis vuestras vidas en guerras sin sentido.

― Si consiguiéramos el apoyo del [Rey Demonio]...

― Si consiguiéramos su apoyo, es más que probable que consiguiéramos una victoria contra el reino Humano y, con suerte, una tregua contra el reino Démico.

La chica asintió con un "hmm..." y se disculpó por su soberbia de hace unos segundos.

Se trataron varios asuntos que no tenían mayor importancia y, en cierto punto, tampoco le interesó mucho a la joven Súcubo. En su mente solo podía rondar la idea de encontrar por su propia cuenta al [Rey Demonio] pero de momento lo aplazó. Encontrar a una persona en todo el mundo puede ser una tarea casi imposible, incluso para una joven princesa.

Porque al final, es el sentimiento de querer ser más fuerte el que guía el espíritu de esta chica.



COMENTARIO DEL AUTOR
 [IRIZU-SAN]
Otro de regalo para pascuas, ¡hop!

COMENTARIO DEL EDITOR
[PHOENIX]
¡¿Quién eres y qué has hecho con Irizu-san?!

(ω)ノ

¡Mis más sinceras gracias-!

Te-hee~☆ ♡ ♡


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Vol 3. • Act X -10- •「Overgrowth Level」 Vol 3. • Act X -10- •「Overgrowth Level」 Reviewed by Irizu-san on 3:04 Rating: 5

2 comentarios

¡Yahooo~☆! Agradezco mucho tu comentario~♡♡ Todos son leídos y contestados en menos de 1 día, Te-hee~☆ ♡♡

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